Todos los hombres participaban en la guerra, los aristócratas como Julio César y Pompeyo y el pueblo. La mentalidad romana era la del soldado-campesino. La rutina y la disciplina regían su vida, tanto en el campo de labor como en el campo de batalla. Las mayores virtudes de un soldado se consideraban la honradez, sobriedad, previsión, paciencia, tenacidad e independencia. Los soldados romanos sabían bastarse a sí mismos y, además de su entrenamiento militar, recibían preparación como albañiles, abridores de caminos y constructores. Un soldado sabía trazar un compamento o una fortificación, medir un terreno o tender un sistema de drenaje. Entre sus labores estaban construir carreteras a través de las provincias para permitir movimientos militares rápidos, y erigir centenares de kilómetros de fortificaciones a lo largo de las fronteras para asegurar la paz al interior del imperio.
miércoles, 10 de junio de 2009
Las guerraS deL impeRiio romanO.
Todos los hombres participaban en la guerra, los aristócratas como Julio César y Pompeyo y el pueblo. La mentalidad romana era la del soldado-campesino. La rutina y la disciplina regían su vida, tanto en el campo de labor como en el campo de batalla. Las mayores virtudes de un soldado se consideraban la honradez, sobriedad, previsión, paciencia, tenacidad e independencia. Los soldados romanos sabían bastarse a sí mismos y, además de su entrenamiento militar, recibían preparación como albañiles, abridores de caminos y constructores. Un soldado sabía trazar un compamento o una fortificación, medir un terreno o tender un sistema de drenaje. Entre sus labores estaban construir carreteras a través de las provincias para permitir movimientos militares rápidos, y erigir centenares de kilómetros de fortificaciones a lo largo de las fronteras para asegurar la paz al interior del imperio.
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